Cuando hablamos de la sanación estamos diciendo que el alma necesita
ser ayudada, porque es ella, quien se compromete con el PADRE a vivir una vida
llena de amor, fe y esperanza.
Es el alma quien establece un propósito para cada vida, ese propósito se
fija en el “Bardo” que es el lugar de descanso entre vida y vida, también es llamado
el salón de la planificación.
Cuando el PADRE nos insta a planificar en ese instante nosotros estamos
totalmente conscientes de lo que planificamos, pero cuando llegamos a la existencia,
todo lo que hemos planificado se nos olvida.
El PADRE entonces comienza a buscar la forma de que nosotros entendamos
que fue lo que vinimos a experimentar.
El padre nos comienza a colocar pruebas, fáciles, menos duras, y muy duras;
generalmente nosotros logramos entender muchos de esos mensajes, porque
comienza a ser muy evidente cada mensaje. Cuando nosotros entendemos la
evidencia de cada uno de los mensajes, es cuando comenzamos a vivir diferente. Vivir
diferente es vivir en amor, no en dolor. El dolor es una energía que nos impide
avanzar en nuestro propósito que nos hemos fijado con el PADRE.
En resumen, las “Herramientas de Sanación” nos ayudan a encontrar el
camino que nos hemos fijado en el Bardo.
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